CHILE. 28 días de diciembre de 2013.(PARTE 3).

11/12/2013 Miércoles. Después de 10 días de viaje, el día 11 empieza de madrugada en el terminal de buses de Santiago de Chile, continua en el aeropuerto y sigue en el avión a las 9 de la mañana, camino de Isla de Pascua. Hasta este punto del viaje tengo más o menos controlados los lugares a visitar, siempre ajustándolos a este vuelo que tengo reservado desde que decidí viajar a Chile. A partir de aquí deberé ir mirando la guía para seleccionar las siguientes etapas de las que tan solo tengo un esbozo.
En Isla de Pascua son dos horas menos que en Chile continental y seis menos que en España, no en vano está a 3.700 km del punto habitado más cercano (Chile), excepto otra minúscula isla del Pacífico.
El vuelo ha durado algo más de cinco horas y mientras el avión sobrevuela la isla me planteo si hay tanto que ver como para estar allí tres días enteros y dos medios días.
Al llegar al aeropuerto me están esperando con un cartel con mi nombre para trasladarme hasta el hotel. Es la primera vez que me esperan con un cartelito y no deja de ser curioso, una nueva sensación.
Antes de salir del aeropuerto compro la entrada al Parque Nacional de Rapa Nui, que da acceso a las dos zonas controladas de la isla. Su precio es de 30.000 pesos, unos 45 euros.

Tras dejar las cosas en mi habitación voy a dar una vuelta por Hanga Roa, la única ciudad de la isla y visitar los primeros moais, el cementerio y la pequeña zona del puerto. A la vuelta coincido con Durval, un portugués que se hospeda en el mismo hotel que yo y que está dando la vuelta al mundo en 80 días y ya está en la parte final del viaje. Me propone alquilar una moto para visitar la isla al día siguiente, yo prefiero una bicicleta y, al final, optamos por esta segunda opción.

Nota: En Isla de Pascua no hay seguros para los vehículos, así que si alquilas un coche o una moto y tienes un accidente y tú tienes la culpa tienes que pagar todo de tu bolsillo... y aquí todo es mucho más caro por el inmenso gasto del transporte.

Nota: No cambies moneda extranjera en la isla ya que el cambio es bastante peor que en el continente, en todo caso paga con tarjeta de crédito.


En medio de la nada.











12/12/2013. Jueves. Quedo con Durval a las 8:00 para desayunar y me convence para que alquilemos una moto. Cuando vamos a la agencia nos piden una fianza muy alta y además está el tema del seguro, de falta de seguro en realidad, y no está claro si con mi carnet de coche puedo conducir las motos que tienen allí. Volvemos a la primera opción, alquilaremos unas bicis.

En primer lugar nos dirigimos a Orongo, una aldea ceremonial con unos 50 edificios construidos en piedra laja que está junto al volcán Rano Kau de 324 msnm. Dentro del cono del volcán hay una laguna permanente cubierta en gran parte por totora.
La primera visión del cráter es impresionante, no sabes si mirar detenidamente o hacer un montón de fotografías prácticamente idénticas entre si. Durante el trayecto conversamos con varias personas de diferentes paises (Alaska, Holanda, EEUU...).

Luego vamos hasta Puna Pau, que es la cantera, en un pequeño crater o cono de cenizas, donde hacían los "pukaos" o gorros de los moai. Aquí podemos ver unos pukaos de mayor tamaño a los que vemos colocados en los moai, esto es así porque se acababan de tallar una vez en su destino final.

De vuelta a Hanga Roa, paseamos con las bicis por la zona de costa y luego contratamos una excursión para el día siguiente. Tras una buena ducha, salimos a cenar.
















Ahu Mata Ote Vaikava


Oficina de Banco Santander en Hanga Roa. Difícil llegar tan lejos e integrarse tan bien en el entorno.
13/12/2013. Viernes. Me despierto temprano y hago una copia de seguridad de las fotos de la cámara a la tableta, simultáneamente miro la guía y decido pasar dos o tres días en Puerto Montt y después ir otros dos o tres días a la isla de Chiloé, pero de momento sigo en la Isla de Pascua o Easter Island en inglés.

A las 9:30 me vienen a buscar para la excursión.

La primera visita es Akahanga, donde hay algunos moais tumbados, trozos de moais y una pequeña cueva.







La segunda parada es en Ahu Tangariki, un ahu impresionante con sus quince moais, difícil dejar de mirarlo.






El siguiente lugar es Rano Raraku, la cantera donde hacían todos los moais. Es increíble ver los moais en sus diferentes fases de elaboración tal y como quedaron cuando cesó la actividad. Aquí se elaboraba todo el moai, excepto el pukao, como he comentado anteriormente.







El único moai sentado.


Caminamos hasta la cumbre del volcán Rano Raraku, que tiene su interior lleno de agua y en su exterior se pueden apreciar una serie de moais.





Después de comer en el área de picnic nos dirigimos hasta el Ahu Te Pito Kura, donde está el moai más grande transportado desde la cantera (en la cantera los hay más grandes), que permanece tumbado tal y como quedó cuando fue derribado en las batallas tribales y también hay una piedra con propiedades magnéticas.




El siguiente destino es la playa de Anakena con su preciosa arena blanca y sus palmeras. Aquí encontramos dos ahus: el Ahu Ature Huki, con un único moai en restauración para limpiarle los líquenes y el Ahu Nau Nau con siete moais.

Es una gran experiencia bañarse en esta playa perdida en medio del pacífico y con la imagen al fondo de los moais.







A media tarde, y después de recorrer gran parte de la isla volvemos a Hanga Roa y por la noche voy a cenar, de nuevo, con Durval.


14/12/2013. Sábado. Me levanto temprano, cerca de la costa hay un barco carguero que trae provisiones a la isla. Aquí todo llega en barco o aprovechando los vuelos comerciales que llegan a la isla con turistas.

A pesar de que la compañía de Durval es agradable y de las largas e interesante conversaciones en inglés que hemos mantenido los días previos, quería dedicar una día a estar a solas en un lugar tan especial como es Isla de Pascua.


Después de desayunar alquilo una bicicleta y sobre las 9:30 empiezo mi recorrido. Primero paro en la zona de Tahai, que es la zona de ahus que visité el primer día y que se encuentra cerca del cementerio, después voy al Museo Sebastián Englert para conocer algunas teorías y realidades sobre el pasado de la isla. De allí voy hasta la cercana Hanga Kio'e.





El ojo de los moais está fabricado con coral blanco y escoria roja. (Museo Sebastián Englert)


Sobre las 11:15 llego a la zona de la cueva Ana Kakenga, doy algunas vueltas contemplando el precioso paisaje y en medio del acantilado veo a alguien moverse y gritar avisándome de su situación.
Me dirijo hacia allí y descubro la entrada de la cueva, es un pequeño agujero en el suelo con las paredes sustentadas por rocas colocadas por lo que la usaron siglos atrás. Tras caminar unos metros por el tubo volcánico diviso dos entradas de luz que se abren al mar, la cueva también es conocida como la Cueva de las Dos Ventanas. Estoy haciendo espeleología en un lugar exótico donde muy pocas personas ha ido. La isla tien poco turismo, quizá sesenta mil personas al año, y pocas van a las cuevas, ya que no son especialmente atractivas para el visitante. 




La siguiente parada en el camino es en la cueva Ana Te Pora que encuentro fácilmente gracias a las mismas personas que me habían enseñado la primera cueva. Traspasada la entrada se accede a una sala de generosas dimensiones con piedras en el centro colocadas a modo de cama o mesa y más piedras siguiendo el contorno de la sala. Siguiendo el tubo volcánico se sale al exterior para, inmediatanente, entrar en otro tramo de la cueva, en realidad tan solo ha caído un trozo del techo quedando la cueva dividida en dos partes. Estoy solo en la cueva y, aunque no tiene ninguna dificultad técnica, me produce una cierta sensación de miedo.







De nuevo en la bicicleta me dirijo hacia Ahu Tepeu, encuentro el cartel con el nombre del lugar pero no encuentro el ahu, tras un rato paseando por allí y de vuelta al camino principal encuentro a Gabriela con su padre. Ella se ofrece a acompañarme hasta el ahu. Yo no lo había encontrado porque esperaba ver moais y aquí tan solo está la plataforma.






La siguiente cueva es la Cueva de los Plátanos. Se accede por unas escaleras que llevan a la base del tubo volcánico que está repleto de palmeras. Al igual que sucedía en la anterior cueva, este tramo es un derrumbe del techo de la cueva y el tubo volcánico sigue hacia los dos lados, pudiendo verse algunos agujeros en el techo del tubo. El techo es bastante más alto que en las cuevas anteriores.







Se acaba mi recorrido por la zona de las cuevas y llego al Ahu Akivi, uno de los pocos ahus que no está en la costa y el único donde los moais miran al mar. Estoy completamente solo, que paz, que tranquilidad...


Más tarde llego al Ahu Vinapú, cuya estructura está compuesta de grandes losas de basalto hechas calzar cuidadosamente, de manera similar al de algunas construcciones incaicas que podemos ver en Cuzco (Perú). 









Son casi las cinco de la tarde y he vuelto a subir al volcán Rano Kau, no pongo fotos porque ya las puse anteriormente. Aunque la entrada al parque solo sirve para una vez el guarda me deja entrar de nuevo porque le comenté el primer día que quizá volvía y me lo permitió. Hoy me ha costado más la subida, llevo muchas horas pedaleando y hace calor.

Foto resumen de los primeros 14 días de viaje, justo la mitad.
Por la noche salgo con Durval a cenar, mañana marchamos de la isla.

Continuará...

2 comentarios:

Jordi Lloret dijo...

Con varios software (algunos gratuitos)puedes unir fotos haciendo interesantes panorámicas y supliendo así la carencia de un super-gran angular necesario, por ejemplo, para cráteres de volcanes y grandes escenarios similares.

Yo, como entretenimiento, en menos de medio minuto he ensamblado tus dos primeras fotos del cráter del Rano Kau y me ha quedado todo el cráter en la misma foto (algo imposible sino es con un ojo de pez). Dame tu correo por Facebook y te lo envío

Joan Montoya dijo...

Gracias Jordi.

joanmontoya(arroba)hotmail.com

Saludos